Los gorilas, orangutanes, bonobos y chimpancés son criaturas fascinantes, no solo por su parentesco genético cercano con los humanos, sino también por su impresionante fuerza, agilidad y destreza. Estas similitudes han llevado a algunos a argumentar a favor de una dieta vegana basada en la idea de que si estos primates pueden prosperar con una alimentación exclusivamente vegetal, ¿por qué no deberíamos hacer lo mismo? Sin embargo, la respuesta a esta pregunta se encuentra en las diferencias fisiológicas fundamentales entre los humanos y los primates antropomorfos.
La Evolución de la Nutrición Humana
A pesar de compartir aproximadamente el 98.8% de su ADN con el Homo sapiens, nuestra nutrición evolucionó de manera estrechamente ligada al desarrollo y las demandas de nuestro avanzado cerebro. Nuestro cerebro requiere no solo nutrientes específicos de alta calidad, sino también una cantidad significativamente mayor de calorías para mantenerse funcionando en su nivel óptimo.
El Sorprendente Caso de los Gorilas
En cautiverio, observamos que los gorilas siguen una dieta completamente vegetariana, compuesta principalmente por verduras de hojas verdes como la lechuga y la col rizada, zanahorias, calabacines, apio y frutas como manzanas y naranjas. A pesar de esta dieta que podríamos llamar “puras verduras”, los gorilas machos pueden alcanzar con facilidad un peso de 130 a 230 kilogramos y poseen una fuerza física que supera ampliamente la de un atleta humano promedio. Sorprendentemente, su dieta carece de proteínas animales, huevos, carne magra de pollo o cualquier otra fuente de proteína animal rica.
¿De Dónde Obtiene los Aminoácidos un Gorila?
La respuesta radica en su singular sistema digestivo y, posiblemente, en una mayor sensibilidad a la testosterona y en una variante particular del gen que regula la miostatina, una proteína que inhibe el crecimiento muscular. Los gorilas, en su proceso de fabricación de tejido muscular, confían en su dieta basada en vegetales. La clave fisiológica aquí es su maquinaria digestiva especializada, que les permite descomponer la celulosa de las plantas y aprovechar los aminoácidos liberados por las bacterias intestinales gracias al constante consumo de fibra vegetal.
Diferencias Clave con los Humanos
Pero aquí está la clave: los gorilas no son humanos, y los humanos no pueden replicar este proceso. Nuestra fisiología es diferente y carecemos de los microorganismos intestinales y las enzimas necesarias para descomponer la celulosa y sintetizar proteínas de la misma manera que los gorilas. Nuestro sistema digestivo es mucho más pequeño y está diseñado para una dieta más variada que incluye proteínas animales y vegetales.
Conclusión
En resumen, mientras que los gorilas pueden mantener una musculatura impresionante y una dieta exclusivamente vegetal debido a su sistema digestivo especializado y su microbioma intestinal, los humanos no tienen la misma capacidad. Nuestra evolución nos ha equipado con sistemas digestivos versátiles que nos permiten consumir una variedad de alimentos y pasar menos tiempo comiendo, lo que nos deja más tiempo para realizar actividades beneficiosas para nuestra especie, como crear, aprender, pensar y prosperar en una amplia gama de entornos alimentarios. Además, la grasa corporal desempeña un papel crucial en la supervivencia en entornos con suministros de alimentos menos confiables, una característica que contrasta con los bajos niveles de grasa corporal en primates no humanos como los bonobos.