La presión arterial, que representa la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias, se mide mediante dos valores: la presión sistólica y la presión diastólica, ejemplificado como 120/80.
Con la práctica de ejercicio físico, los músculos aumentan la demanda de oxígeno y nutrientes, desencadenando adaptaciones cardiovasculares. Es útil considerar dos modelos principales: ejercicio dinámico o aeróbico y ejercicio estático o de fuerza.
Adaptaciones Tensionales al Ejercicio Dinámico/Aeróbico: Los incrementos en la presión arterial se deben a la mayor demanda de trabajo cardíaco y flujo sanguíneo hacia las extremidades. Aunque la actividad contráctil del corazón aumenta en ejercicios dinámicos, la presión arterial suele aumentar poco debido a la disminución de otras resistencias globales.
Adaptaciones Tensionales al Ejercicio Estático/De Fuerza: En el ejercicio de fuerza, las contracciones musculares, especialmente en fases concéntricas e isométricas, comprimen las arterias periféricas, provocando un aumento de la presión arterial diastólica. Además, las catecolaminas, el aumento del gasto cardíaco y la presión intraabdominal contribuyen al aumento de la presión arterial sistólica. Aunque el ejercicio de fuerza también tiene un efecto reductor de la presión arterial a largo plazo, este es menor que el ejercicio aeróbico.
Factores que Influyen en los Valores Tensionales:
- Tipo de ejercicio
- Potencia del trabajo desarrollado
- Nivel de entrenamiento
- Características individuales (genética, enfermedades previas, etc.)
- Ambiente
Precauciones: En casos de ejercicio intenso seguido de una suspensión abrupta, puede producirse hipotensión postejercicio, con síntomas como malestar, mareo o desvanecimiento. En personas con inestabilidad tensional o enfermedades cardíacas, es crucial realizar el ejercicio en tres fases: calentamiento, ejercicio principal y enfriamiento.
Recomendaciones Específicas:
- En sujetos hipertensos, es beneficioso programar ejercicios que involucren grandes grupos musculares de las piernas.
- La fatiga cardiovascular, originada por excesiva intensidad o duración del esfuerzo, puede afectar los valores de presión arterial.
- Los valores de presión arterial durante el ejercicio varían con el nivel de entrenamiento, siendo más tolerables en deportistas aeróbicos entrenados.
En conclusión, entender las adaptaciones tensiónales al ejercicio es fundamental para diseñar programas seguros y efectivos. La atención a los factores individuales y la aplicación de precauciones son clave para maximizar los beneficios del ejercicio mientras se minimizan los riesgos.
¡La presión diastólica es la presión arterial que se mide cuando el corazón está en reposo, es decir, cuando el corazón se relaja entre los latidos. La presión diastólica se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se representa como el número inferior en una lectura de presión arterial. La presión diastólica normalmente debe estar por debajo de 80 mmHg para ser considerada saludable.
Aquí en esta fac)se se inyecta la sangre al corazón.
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La presión sistólica es la presión arterial que se mide cuando el corazón se contrae y bombea sangre hacia el cuerpo. La presión sistólica se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y se representa como el número superior en una lectura de presión arterial. La presión sistólica normalmente debe estar por debajo de 120 mmHg para ser considerada saludable.
Aquí en esta fase se expulsa sangre